martes, 5 de febrero de 2013

La pregunta sigue en pie....

si, estimado hermano y amigo lector, la pregunta sigue en pie, desde hace un poco mas de dos mil años, esa pregunta se la siguen haciendo hombres y mujeres que van por el mundo buscando una respuesta a sus temores y angustia, miedos y recelos, y la mayor y mas grande de todas, la muerte, y que solo pueden ser liberados de la misma por la persona de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Quien dicen los hombres que es el Hijo del hombre?

Si vamos a los evangelios, veremos varias respuestas señalando algunos que podría ser Juan el bautista, otros Elías y otros Jeremías, o en otros casos alguno de los profetas.

Esta pregunta fue hecha directamente a sus discípulos, a los que le seguían muy de cerca, a los que le seguían día y noche, los que le seguía a sol y sombra, ciertamente ellos debían de saber la respuesta:
Cuanto conocían los hombres de aquella epoca al Hijo del hombre?
Que tanto habían aprendido de El los hombres y mujeres que lo miraban hacer milagros que nunca ningún otro ser humano había realizado?  
Que tanto conocían del Maestro enviado del cielo, del que fuera llamado: Rabí, sabemos que has venido de Dios porque nadie puede hacer estas señales que tu haces.

Sin duda alguna que ellos habían aprendido de los profetas de Dios, pues lo comparan con Elías y aún con Jeremías, y sabían y conocían que Juan era un enviado de Dios porque lo comparan con el también.

Jesús mismo no estaba satisfecho con la respuesta que le habían dado y procede a preguntar nuevamente a sus discípulos:  Y vosotros quién decís que Soy?

Simón Pedro le dijo, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 

Así como a Pedro le fue revelado esto, a nosotros nos ha sido dejado, los testimonios y la Palabra escrita de Dios para que nosotros también podamos entender plenamente quien es Jesucristo.

Tal pareciera ser el caso de muchos de nosotros que no logramos entender, comprender y el alcance de la magnitud de tal pregunta, por cuanto sigue en pie en nuestros días:  Y vosotros quien decís que Soy?
La Biblia nos da una amplia gama de nombres y titulos que se le han conferido al Hijo del hombre para que nosotros podamos entender y comprender su persona.

Jesús mismos tenía una plena conciencia de sí mismo, Juan 5:17 "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo 
trabajo", Juan 16:28 "Salí del Padre", Juan 20:21 "Como me envió el Padre", afirmó tener conocimientos divinos y comunión con el Padre Mateo 11:27, Juan 17:25.  Se mostró como el Padre  Juan 14:9-11, asumió la prerrogativas divinas: Omnipresencia, poder para perdonar pecados, poder para resucitar muertos, y se proclamo a sí mismo ser el Juez y Arbitro del destino de todo ser humano.
Mateo 18:20; Marcos 2:5-10; Juan 6:39, 40, 54; 11:25; 10:17-18, Juan 5:22, Mateo 25:31, 46.

Al considerar la naturaleza de Cristo, no podemos menos que maravillarnos de Aquel que anduvo entre los hombres y que dió muestras de quien dijo ser, por lo tanto nosotros, debemos de ser como el apóstol Pedro y decir con toda propiedad, Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.   

No solo esto, sino vivir como el demanda que vivamos, no somos menos que los apóstoles, somo hijos y como hijos de Dios somos coherederos con Cristo de las riquezas de su gloria eterna, las cuales disfrutaremos y gozaremos cuando partamos de esta tierra.

Los hombres dijeron: "puede que seas un profeta", porque no conocían plenamente lo que Dios había revelado del cielo para toda la raza humana., en cambio nosotros que hemos conocido de su gracia y amor, debemos de vivir como el vivió y andar como el anduvo. 

Dios nos bendiga a todos.
 
 

viernes, 1 de febrero de 2013

El testimonio...

Cada uno de nosotros somos peregrinos en esta tierra, unos que habiendo oído, entendido y aceptado el perdón de pecados, peregrinamos camino hacia la vida eterna al volver nuestra carne y nuestros al polvo de donde fueron tomados, otros su peregrinar es una condenación eterna al rechazar el perdón que es ofrecido desde la cruz del Calvario....

Aquellos que anhelamos una patria mejor, tenemos un testimonio del cual tendremos que dar cuenta un día, les invito a leer la siguiente reflexión.

EL TESTIMONIO.


El semáforo se puso amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y, como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo en la línea de Paso para Los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección. La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección… y para colmo, se Le cayó el celular y se Le regó el maquillaje.

En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado. Allí, parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente. El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda.
Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:

– “Señora, lamento mucho este error”, Le explicó el policía.

“Le mandé a bajar mientras usted se encontraba tocando bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil del frente, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces. Mientras la observaba, me percaté que de su retrovisor cuelga una cruz, su carro tiene en su bumper un sticker que dice ‘¿Qué haría Jesús en Mi lugar?’, su tablilla tiene un borde que dice ‘Yo escojo la Vida’, otro sticker que dice ‘Sígueme el Domingo a la Iglesia’ y, finalmente, el emblema cristiano del pez. Como es de esperarse, supuse que el auto era robado.”

Esta simpática historia muestra la importancia de ser coherentes entre lo que creemos y lo que hacemos. Para ser cristiano no basta con ir a la Iglesia los domingos o leer la Biblia de vez en cuando, porque el cristianismo es un estilo de vida: el estilo de vida de Jesús… Así que la próxima vez que vayas en el auto, o de compras al supermercado, o te encuentres atendiendo algún cliente, recuerda que el mundo te está mirando… y espera ver a Jesús en ti.

Bendiciones.