viernes, 29 de abril de 2011

¿Esta Dividido Cristo? Parte III

1 Corintios 1:10 “. . . sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.”

La iglesia de Corintios estaba enfrascada en una profunda división entre sus miembros, al grado que la división no era de dos bandos, eran de muchos líderes y muchos bandos por seguir.

El ser partícipes de alguna reunión de los hermanos, seguramente no había mucho orden en las reuniones, de hecho el Apóstol Pablo aborda muchos temas, todos tan delicados como el primero debido a que la iglesia sea había vuelto en alguna medida, complaciente con algunos hechos que dejaban el testimonio de la misma el ser de una iglesia seguidora de Cristo, debido al actuar de sus miembros.

Ciertamente la iglesia había ido perdiendo los fundamentos con que había sido fundada y algunos hermanos que la iglesia pudo haber elegido en su momento como los lideres de la misma, habían perdido de vista el objetivo y olvidado a Aquel que era el dueño absoluto de la iglesia, la cual compró con su sangre en la cruz del Calvario, al permitir que los hermanos igualmente no continuarán prosiguiendo al blanco, al supremo llamamiento.

No había unidad en el pensar de todos los hermanos, y por ende todos y cada uno de los bandos tenían su propio parecer de las cosas que ocurrían en la iglesia. Esta desunión había llevado a la iglesia a tener en su seno un terrible pecado, (de por si la división ya era un terrible pecado que había en si) el cual ninguno se atrevía a juzgar, seguramente para evitar enfrentamientos entre los bandos que apoyaban algunos a Apolo, otros a Cefas y otros a Pablo y los que fielmente seguían al Señor., los cuales seguramente eran la minoría.

Los alcances destructivos que ejerce una división en la iglesia son profundos, tanto que no permiten a los que están enfrascados en promover la misma como de aquellos que les apoyan en distinguir los pecados que se dan cabida en la iglesia, y por tener acólitos que les apoyen, no señalan sus pecados.

Tal es el caso de la iglesia de Corinto, el Apóstol Pablo da por sentado que la iglesia estaba totalmente envanecida y era complaciente en todo lo que acontecía y pasaba, al grado de no señalar semejante pecado en su seno.

1 Corintios 5 nos habla del terrible caso de inmoralidad juzgado por el Apóstol Pablo, dando un terrible veredicto al mismo y reprochando a la iglesia su mutable forma de proceder, llegando a la jactancia de tan tremenda condición pecaminosa.

El enemigo número uno del creyente había ganado un espacio extremadamente grande en la mente y en el corazón del pueblo de Dios en Corinto, al grado que el Apóstol Pablo pudo percibir y ver esto en la carta que recibió de los hermanos de Cloé.

La desunión no solo era de bandos, sino también de mentalidad, lo cual se tornó extremadamente peligroso para la Iglesia al hacer caso omiso a los desordenes que se daban en la misma.

Lamentablemente, existen hoy en día casos muy similares en las iglesias cristianas, las divisiones no solo vienen a entorpecer el trabajo de aquellos que están siguiendo fielmente al Señor, sino que se permiten los pecados en algunos hermanos por tal de tener su apoyo y trabajar en pos de Satanás y no de la causa de Cristo.

Si, usted esta promoviendo o apoyando una división en su iglesia, haga un alto y reflexione cuán grande pecado esta cargando a cuesta ya que su lucha no es contra la iglesia, contra los hermanos, contra los lideres que Dios a elegido a traves de su iglesia, su lucha y división es contra Jesús mismo.

Has un alto y reflexiona en lo que ahora estas haciendo.

Dios te bendiga.
Armando Ríos
Siervo de Cristo.

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