Seguramente muchos ya conocen este verso de memoria, el mismo se ha citado cualquier cantidad de veces ya sea para predicar, exhortar y enseñar a la iglesia en general.
Las malas conversaciones están latente en todos las esferas de la sociedad.
Lo mas preocupante de las malas conversaciones es la que producen un eco altisonante en el bocabulario de los creyentes en Cristo, sean estos adolescentes, jovenes o adultos.
Las malas conversaciones no solo contienen palabras soeces, sino también intrigas, engaños, envidas y discordias.
Hoy en día es tan, pero tan ¨natural¨ ver como algunos creyentes hacen acto de jactancia publica de su mal bocabulario escrito en lo que conocemos y cuando no los vemos cuando entablan conversaciones con sus amistades, realmente que debe de ser lamentable escuchar el tipo de lenguaje que deben de usar.
Es lamentable también ver como algunos no aceptan la corrección y lejos de eso suelen decir que se les juzga, sin saber que se desea un bienestar, ya que dentro del ámbito cristiano ningún creyente que guste de escribir o decir palabras fuera del lexico cristiano será bien visto.
Es aplicable también el término en estos casos que a lo bueno lo llaman malo y a lo malo lo llaman bueno.
Deseamos fervientemente a traves de esta breve nota que sean correjidos los lenguajes escritos y hablados de muchos, que llamandose cristianos hacen uso de ellos, olvidando que el Espíritu Santo inspiró al apóstol Pable a escribir el verso del cual partimos.
Las buenas costrumbres aprendidas en nuestra niñez, debería de acompañarnos toda nuestra vida, porque las mismas están refrendadas en 1a Corintios 15:33.-
Dios te bendiga.
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