sábado, 21 de mayo de 2011

Efesios 2:2 “. . . siguiendo la corriente de este mundo. . .”

Pudiéramos detenernos un momento y analizar la vida que actualmente estamos llevando como hombres y mujeres regenerados, lavados, transformados por la sangre del Cordero que fue inmolado en la cruz del Gólgota.

            Leí en cierta ocasión una frase que decía: “La vida cristiana no es algo de un momento”.

El día que decidimos entregar nuestra vida a Cristo, comenzó para cada uno de nosotros una nueva forma de vivir la vida, verla desde otra perspectiva a la que habíamos hasta entonces estar viviendo.

            Empezamos a darnos cuenta, que muchas “cosas” que teníamos por costumbre practicarlas, era necesario dar muestra inequívoca de que en nuestro ser interior Alguien estaba haciendo posible un cambio hacia fuera, dando muestra de un “ andar en novedad de vida”, dejando las cosas viejas en el pasado.

            Fue así que muchos iniciamos un nuevo camino, con mejores expectativas, nuevas esperanzas, con una fé renovada, con nuevas fuerzas, y por sobre todo con la promesa de que al partir de esta tierra, nos espera más allá una patria celestial, preparada por nuestro buen Dios y Salvador Jesucristo.

            “La vida cristiana no es algo de un momento” pero en nuestros días actuales para muchos de nosotros pareciera que así es. Estamos viviendo una vida cristiana de momentos y no permanentemente, muchas veces nos hemos visto en situaciones embarazosas, porque no hemos refrenado nuestra vieja forma de vivir, no hemos dejado que el Espíritu Santo gobierne nuestra vida y que haga de nosotros verdaderamente nuevas personas.

            “La vida cristiana no es algo de un momento” pero, nosotros la hacemos que sea de un momento cuando actuamos igual que una persona que no tiene a Cristo en el corazón, lo hacemos de muchas formas y muchas maneras, sin considerar que “somos nueva criaturas en Cristo Jesús, siendo que las cosas viejas pasaron y he aquí las que vienen son nuevas”.
            “La vida cristiana no es algo de un momento” pero, nosotros la hacemos que sea de un momento cuando seguimos la corriente de este mundo…haciendo las mismas cosas que antes hacíamos…

            No damos muestra de que Cristo ha cambiado nuestra vida, practicamos los mismos pecados que hacíamos antes de venir a Cristo, porque vivimos una vida cristiana de momento…

            Dios quiere que seamos hombres y mujeres comprometidos con El, con su obra, con su iglesia para hacer la diferencia en este mundo.

Dios nos bendiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario